En primera instancia, hay que considerar que si se pretende enseñar a pensar históricamente, no podemos disociar la historia como objeto de enseñanza con su propia naturaleza como objeto de conocimiento, lo que necesariamente nos obliga a no perder de vista la lógica construcción de esta ciencia. Pensar históricamente es ubicar y comprender los hechos que sucedieron en un espacio y tiempo determinados; es comprender que el pasado no es algo muerto, sino que constituye el presente. Por lo tanto es indispensable pensar la historia como una asignatura formativa en el desarrollo de competencias y concepción en el alumno, en la medida que la formación científica tiene una relación estrecha con la propia estructura de la disciplina que se pretende enseñar. Los que nos permite plantear que la historia como objeto de enseñanza debe apuntar precisamente a que el alumno aprenda los principios y actitudes científicas de la historia como un objeto de conocimiento. Por lo tanto se infiere que la actividad intelectual es la misma en la frontera de la ciencia que en un aula de tercer grado, por lo que se establece que os fundamentos de cualquier materia puede enseñarse a cualquier persona de cualquier edad, siempre y cuando se haga en su propio lenguaje.
Por ello, la idea central que retomo de la psicología es que los niños no solo pueden aprender diversas disciplinas académicas sino que pueden vincularse perfectamente a la propia lógica de la disciplina, en la medida que se les introduzca directamente en los procesos de investigación que ejercen los científicos e historiadores: los hábitos disciplinarios de la mente – plantear problemas, interpretar, reflexionar, buscar pruebas contrarias, preguntar por qué importa, son fundamentales para el desarrollo del individuo o de sus niveles de competencia.
Un alumno podrá estar mejor o peor informado, podrá haber asimilado mejor o peor una serie de conceptos o nociones interpretativas, pero es seguro que sólo podremos decir que esta históricamente educado, si conoce la lógica explicativa de la historia, las reglas del juego comúnmente empleados por los historiadores.
En síntesis, si se pretende que el conocimiento histórico que se imparte en la escuela no sea sólo un mar de información inútil, sino una forma en que el alumno se aproxima a la comprensión de la realidad y se ubique como parte de esa realidad, será necesario que se incentiven las habilidades y destrezas cognitivas que le permitan ejercer su pensamiento critico,
- A TRAVEZ DE UN CONJUNTO DE ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA QUE TENGAN COMO EJE LAS CONCEPTOS QUE LE DAN COHERENCIA AL CONTENIDO-